Foro: Seleccione y explique un modelo de discernimiento aprendido en las clases y comente dónde y de qué modo puede ser aplicado en su realidad pastoral.
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Buen día! Quería relacionar el aporte de Agenor en la segunda Clase con el texto del Discernimiento Comunitario Apostólico (Rambla y Lozana) -DCA- como modelo de discernimiento apostólico enraizado en la teología Latinoamericana. Desde el método VER – JUZGAR – ACTUAR, que parte de la realidad/acción para discernir y volver a la realidad misma para transformarla. Ahora, el el contexto sinodal podemos re nombrar el método como “Reconocer – interpretar – escoger”. Reconocer comunitariamente los signos de los tiempos que nos ofrece el Espíritu desde la realidad misma, interpretarlos a la luz del Evangelio y del Magisterio y Teología y escoger por consenso por donde o cómo seguimos caminando juntos. El DCA brota de la realidad, tiene como sujeto a la comunidad toda y como meta apostólica, la transformación de la realidad social en camino del Reino de Dios. En las comunidades de Cáritas donde participo y trabajo creo que el DCA se podría plasmar como “Escuchar – Discernir – Decidir – Salir”. En el contexto de la Iglesia Orante, Sinodal y Misionera, en Cáritas necesitamos aprender a escuchar (un oido en el Pueblo y otro en el Evangelio – Angelelli-), registrar los signos de los tiempos, elegir juntos el camino con una buena planificación apostólica y salir al encuentro de nuestros hermanos más necesitados para que ellos se descubran, no destinatarios, sino sujetos de esta transformación social.
Modelo de discernimiento: ver-juzgar y actuar.
La aplicación práctica que podemos hacer es la siguiente: Actualmente los diferentes arciprestazgos y consejos zonales, tienen la tarea de concretar las 8 líneas de futuro que se marcaron en la diócesis de Palencia, a partir del trabajo del proceso sinodal el curso pasado. Esta concreción cuesta, y a veces se toman decisiones por mayorías. Desde el equipo diocesano podemos ayudar acompañando el discernimiento desde las claves de la escucha, el diálogo y el consenso (ayudando a leer los signos de los tiempos y la voz del Espíritu, también cuando el consenso no se de).
Trabajamos ya con el ver, juzgar y actuar. Pero a veces es un ejercicio mecánico y reflexivo, más intelectual que vital. Cuidar las claves que hay de fondo nos ayudará mucho. Sobre todo aprender a asumir que el Espíritu, también habla a través del otro -aunque no estemos de acuerdo-, y que mi aportación debe contar con lo escuchado para construir juntos una decisión.
Delante a las nuevas realidades presentes en la geografía parroquial que acompañamos, van apareciendo necesidades, situaciones, casos para las catequesis en orden a los sacramentos que no pueden muchas veces conciliarse “automaticamente” a los tiempos, modos y estructuras ya establecidos para acompañar la catequesis como se viene haciendo en los últimos tiempos.
En este sentido veo muy iluminador volver a presentar y re aprender el método ver-juzgar-actuar con el horizonte amplio de los evangelios y la mirada que tuvo Jesús para con la gente.
Me resulto interesante volver a plantear el método para discernir y dar respuesta, evangélica y espiritual (versus lo automático y burocrático). Plantear este proceder como camino metodológico para un discernimiento comunitario en clave sinodal donde cada agente de la catequesis responda convencido y busque necesariamente una respuesta de la realidad ante cada caso que no resulte “adaptado” a los esquemas que ya brinda la pastoral o la comunidad en su conjunto. Un camino que lleve a descubrir y gustar que nuevas formas de actuar, proceder pueden ser válidas, eficaces y quizá también más evangélicas en el hoy.
Modelos y prácticas del discernimiento comunitario
Este modulo nos muestra la relevancia de percibir el camino sinodal desde el método: Ver, Juzgar y Actuar, mostrándonos que es posible aplicarlo en cualquier parte del mundo, tomando en consideración que cada lugar es distinto por su cultura, intereses y necesidades propias del contexto, a pesar de que estemos hablando del mismo evangelio. Por ello, la práctica de una escucha activa, son claves para alcanzar el discernimiento. De igual manera, este módulo ayuda a consolida e internalizar que el discernimiento comunitario no es una encuesta, que no se logra de un día para otro, es un proceso que se consigue con el tiempo mediante momentos de encuentro, oración y participación, teniendo presente que debemos preparar cada momento con la intensión de brindar oportunidad de integración, inclusión y participación, tratando de garantizar condiciones optimas para que los asistentes se expresen con franqueza, evitando ser confrontativos, argumentativos o agresivos, teniendo presente que las diferencias y los conflictos siempre van a existir, pero la escucha con humildad, silencio y admiración son las clave para la toma de decisiones favorables para conseguir el discernimiento comunitario.
Quisiera en pocas palabras expresar, desde mi experiencia primera, que por mucho tiempo me enfoque en un discernimiento individual, mismo que me ha ayudado a ir reconociendo en cada momento de mi vida aquel llamado que Dios, a través de las personas y de acontecimientos concretos. Incluso me he atrevido a invitar a otras personas para que desde mi experiencia pueda ayudar a que vayan buscando una definición en su vida y así escuchar sus voces interiores, que son las propuestas de Dios en la vida de cada ser humano.
En lo que respecta a mi experiencia me ha ayudado mucho, pues antes de que yo pueda emitir algún criterio, me permite enfocarme para que frente situaciones difíciles pueda analizar, revisar y evaluar tal o cual gesto, palabra o acción frente al poder emitir una respuesta favorable y concreta ante una realidad pasada, presente o futura.
Para mí, es algo nuevo hablar de discernimiento comunitario, o quizás no tan nuevo, quizás no lo he visto como una práctica comunitaria, talvez lo venía aplicando inconscientemente en mi entorno familiar, social, pastoral comunitario; pero lo había plateado como un discernimiento vivido en comunidad en la que todos tenemos que valorar, consensuar y aportar en la construcción de un nuevo mundo, más humano, más empático y social con nuestro prójimo.
Pero me pregunto, para llegar a este momento de discernimiento comunitario, ¿acaso no es imprescindible a ver contemplado la presencia de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo en nuestras vidas? La respuesta es sencilla, Por supuesto que sí. Mediante este espacio de contemplación y experiencia vivida de un Dios cercano, podremos contemplar la necesidad y la urgencia que tiene otros hermanaos (prójimo) de conocer y de trasmitir su vivencia de un Dios cercano a ellos, dentro de una comunidad eclesial.
Sin desprenderme de la vivencia de un discernimiento individual o personal, que a todos nos hace bien; me enfocaría desde esta experiencia individual, a fortalecer espacios de discernimientos comunitarios en el que se pueda consensuar ideas, pensamientos y actividades entre diferentes y diversos, logrando así obtener consensos y disensos normales en la convivencia humana, pero que en la puesta en común y luego de un diálogo consensuado se pueda alcanzar objetivos propuestos.
Ha sido enriquecedor conocer el modelo de discernimiento aprendido en las comunicaciones espirituales que hemos tenido hasta la fecha. El aprendizaje inicia con la escucha de una canción que invita a la oración y al discernimiento comunitario, luego se desarrollan 3 rondas; fundamental tener claro que en la primera ronda todos participan en pequeños grupos compartiendo lo que cada uno ha reflexionado sobre lo expuesto en la clase con el profesor; en este espacio escuchamos al otro como venido del Espíritu, así no se esté de acuerdo con lo escuchado. La persona escogida para llevar a la plenaria lo trabajado en el grupo debe tener claro que NO va a explicar sino a COMPARTIR lo escuchado.
En la segunda ronda, se trabaja de la misma forma pero cambia el “yo” por el “tú”, es decir, se pasa de la opinión a los contenidos para discernir; después se trata de preguntarse cada participante si el Espíritu está actuando, no juzgar, compartir opiniones, no es necesario decir lo que se debe hacer.
Se sabe que no se juzga si no incomoda lo escuchado, es una santa indiferencia; se puede aceptar o no pero siempre comprender, escuchar a la persona no para convencerlo sino para ampliar el horizonte de lo que se discierne.
Este modelo de discernimiento intentaré involucrarlo en mis encuentro con grupos diversos conformados por personas de diferentes edades y actividades. El modo como se llevará a cabo será el mismo vivido en el Diplomado.
Resuena de estas sesiones la relectura del Ver-Juzgar y actuar en Reconocer – interpretar – escoger. Son varios los contextos en que podría llevar esta dinámica a su aplicación, En la comunidad que acompaño actualmente se ha abierto un proceso de discernimiento en clave vocacional de los distintos integrantes. Es una comunidad que ha crecido mucho en poco tiempo y donde cada miembro está en un momento diferente de su itinerario personal, lo que, de alguna manera, también está afectando a la propia comunidad. Lo aprendido en estas sesiones nos puede arrojar luz sobre el proceso a emprender para avanzar en la comunidad. Gracias
El modelo de discernimiento Comunitario Sinodal :es un modelo enriquecedor que se logra en el caminar , haciendo recorrido ,poniéndolo en práctica de forma continua, para tomar las mejores decisiones en la resolución de un conflicto que perjudican a la comunidad, siempre poniendo atención en las mociones del Espíritu ,el discernimiento inicia desde el sujeto cada uno debe estar preparado para escuchar atentamente a los diferentes y diferencias y aprender de ello para lograr un bien común ,este modelo de discernimiento requiere de la participación activa de todos y cada uno de los participantes,crear un clima de acogida,buena disposición para convivir con el conflicto,tener en claro la realidad vivida en común y colocarla a la luz de la palabra , poner todos nuestros sentidos para distinguir lo verdadero de lo falso .En este modelo de discernimiento no olvidar los espacio de oración y tener siempre presente que el conflicto enriquece ,la confrontación empobrece y puede llevarnos a romper la comunión,conflicto si confrontación no .
Todo lo que estoy aprendiendo en este diplomado lo estoy poniendo en práctica en el grupo donde presto mi servicio ,este grupo lo formamos laicos , seminaristas y sacerdotes , desde mi función apoyo a los padres con la exposición de temas y la organización del grupo y de las actividades , en esta semana realizaremos un ejercicio con el modelo de discernimiento comunitario , tomando como tema un caso real de la comunidad.
En estas clases sobre el discernimiento comunitario, así como en los materiales que se han adjuntado para profundizar el tema, he podido ahondar en lo que yo puedo aportar para vivir este proceso sinodal en el seno de mi Congregación, desde la responsabilidad que asumo.
He podido recordar que un proceso de discernimiento comunitario, que es conjunto y no suma, debe ir precedido de un discernimiento personal, de una apertura de cada una a la acción del Espíritu, y en lectura permanente de los signos de los tiempos, para que las formas y “lo que hemos vivido siempre” no obstaculice nuestra respuesta.
Entiendo que este discernimiento, ha de ser nuestro modo de vida, y para ello es imprescindible generar un ambiente comunitario de fe en el que podamos experimentar la apertura al Espíritu y conectar nuestra vida y caminar con la Palabra revelada para poder llegar a generar consensos en respuesta a lo que Dios pide hoy de nosotras.
Y para hacer este camino, las orientaciones del P.Agenor me han resultado muy iluminadoras: la intervención de todas en un diálogo verdadero, fruto de una escucha activa y empática, porque sólo así, generando un clima que busca la comunión y el bien de todas, podremos prepararnos para convivir con el conflicto (que tantas veces nos bloquea), en la realidad de cada día, a la que hemos de responder. También recordaba, en clave ignaciana, que evaluar consolaciones y desolaciones nos ayudará a deslindar lo que es fruto del Espíritu y lo que es nuestro querer.
El itinerario marcado por el VER (Reconocer – enfocar la realidad y sus interpelaciones), el JUZGAR (interpretar y releer a la luz de la Palabra) y el ACTUAR (optar, respondiendo a las interpelaciones del Espíritu en acciones concretas), será el que posibilite articularlo, en mi caso, desde la vida comunitaria y Congregacional.
Discernir en la iglesia, es un modo de vivir la fe en comunidad, y debe ser incluidos todas la partes y todos los miembros de la comunidad eclesial partiendo desde la base la escritura Hech 15, descubro claramente los procesos de discernimiento que nos expone el Prof. Agenor principalmente en el método de VER -JUZGAR- ACTUAR tomando en cuenta la escucha del Espíritu Santo en el contexto de la pequeña comunidad discerniendo desde abajo hacia arriba siendo las pequeñas comunidades las células de la comunidad eclesial, lo cual me dio mucha alegría ya que en mi parroquia tenemos experiencia de mas de 10 años de vivir en pequeñas comunidades impulsadas por Sistema Integral de Nueva Evangelización (SINE) con una gran deficiencia en el conocimiento y la importancia de esta, por tanto es importante que en el campo pastoral pueda contribuir a formar las pequeñas comunidades para que estas sean comunidad y no grupos de la iglesia, para que de esta manera se valla transformando la vivencia de Iglesia.
creo de una u otra manera vamos caminando y hemos aplicado estos métodos en nuestra vivencia pero es necesario la formación integral para se puedan aplicar conscientemente bajo la luz del Espíritu Santo y el Magisterio de la iglesia.
no quiero finalizar sin antes mencionar la importancia de los otros métodos aprendidos reconocer – interpretar- escoger y recordar- releer – recoger que considero muy importantes y claves para vivir el conflicto y evitar la confrontación o almenos tratar de evitarla. Me queda un gran compromiso en el área pastoral que con la asistencia de Espíritu Santo pueda ser realidad.
Luego de esta sección en nuestro estudio de los modelos y prácticas del discernimiento son muchos los aspectos que cobran mayor relevancia en mi mente y corazón . Y es que con preocupación se logra ver que el afán de lo inmediato, no nos deja ver lo turbado que esta nuestro corazón y nuestras iniciativas pastorales, que cada día se parecen mas a las iniciativas del mercado que a las acciones vivificadoras de Cristo. En cuanto al discernimiento puedo comprender que no hablamos de una técnica sino más bien de un modo de vivir la fe, dentro de la comunidad. Y en este ámbito, escuchar al Espíritu Santo es dejarse conducir en la verdad. La verdad nos posee porque el todo será siempre mayor que las sumas de las partes. Entonces el discernimiento como practica individual se constituye en trampolín para llegar al comunitario. Esto hace que sea Eclesial. Ya que la practica adulta de la fe conduce a la critica objetiva y constructiva de la realidad donde los contrarios no se convierten en adversarios sino en complementarios en la construcción de todo. En este devenir la comunidad se constituye en el lugar donde se puede escuchar la Espíritu. La comunidad es el sujeto en un discernimiento sinodal. Y el Espíritu como protagonista actúa desde dentro creando el dinamismo comunitario que fermenta la masa. Así Como la levadura actúa dentro de la masa del mismo modo actúa el Espíritu haciendo crecer no una parte sino el todo. Sin descuidar cada una de las partes al unísono se va elevando la comunidad a su potencia máxima y la praxis pastoral madura con acciones liberadoras de la opresión dogmática estéril. ¿cómo interpretar, entonces, a la Iglesia dentro de este proceso? Ella es compañera de camino de la humanidad.
Hay diferentes formas de realizar un discernimiento comunitario en un proceso sinodal.
1.Crear un clima de oración y entrar en comunión con el Espíritu para la escucha de las mociones del Espíritu, implica silencio.
2.Revisar los datos recogidos en el proceso de escucha.
3.Primera ronda de conversación espiritual: las situaciones que interpela. Es una conversación estructural, con reglas que aseguran la participación de todos los miembros de la comunidad de manera equitativa.
4.Segunda ronda de conversación espiritual: lo que más se destacó en el compartir personal.
5.Tercera ronda de conversación espiritual: lo que parece converger entre las mociones del Espíritu y la percepción de la comunidad. Lo convergente es el resultado de la coherencia encontrada entre diferentes alternativas con lo que se siente consolador, a partir de los sentimientos y anhelos más profundos de la comunidad de fe.
Las tres rondas de conversión espiritual pueden requerir muchos encuentros de la comunidad, sobre todo cuando ella no es pequeña, ya que se trata de escuchar a todos y de cada uno interactuar con los demás.
En los procesos pastorales y en la teología latinoamericana, así como en los procesos de discernimiento comunitario sinodal, se aplica el método que plasmo J. Cardijin es el ver-juzgar-actuar aunque a veces se conoce con otros nombres como reconocer-interpretar-escoger
-Al ver, es entendido como el momento de enfocar la realidad, sus interpretaciones y clamores.
-Al juzgar, se entender como el momento de un discernimiento espiritual. A la luz de la palabra, de la realidad reconocida
-Al actuar, es entendido como el momento de responder a las interacciones de la realidad reconocida a la luz de la palabra, definiendo las acciones a ser llevadas al cabo por la acción evangelizadora.
Personalmente, valoro la práctica de la metodología antropológica del ver, juzgar y actuar, que ha sido el camino para el encuentro con Cristo, especialmente en la catequesis de iniciación cristiana de mi comunidad parroquial Santuario San Buenaventura de Ejido – Arquidiócesis de Mérida – Venezuela.
Como nos explica el Profesor Agenor, las tres rondas de conversión espiritual pueden requerir muchos encuentros de la comunidad, sobre todo cuando ella no es pequeña, ya que se trata de escuchar a todos y que cada uno interactúe con los demás.
La experiencia humana del ver se hace compleja cuando se discierne a la luz de la fe, de manera que el juzgar debe procurar ser siempre la voluntad de Dios discernida en el Espíritu Santo, para que en el actuar se palpe la experiencia de la gracia santificante a la que estamos llamados por la consagración del bautismo.
Lo importante del discernimiento el sujeto es la comunidad como un todo teniendo el Espíritu entre nosotros. y esto nos lleva a momentos significativos partiendo de la realidad iluminada por la fe y discernir la voluntad de Dios y traducirla. Es abrirnos a la diversidad en un mundo cada vez mas diversificado.
El dialogo implica aprender con el otro, dejarse sorprender, capacidad de admiración y humildad,
Es difícil vivir en el conflicto generado por el encuentro de las diferencias, y nos lleva a cambiar nuestro punto de vista. Y nos invita a no perder la capacidad de dialogo.
Modelo de discernimiento y aplicación a mi realidad pastoral.
Hay acuerdo en señalar a Joseph Cardijn (1882-1967) como padre del
método «ver-juzgar-actuar». Con este método Cardijn pretendía una acción transformadora de los cristianos en sus ambientes; intentando superar el divorcio fe-vida, además de ser una propuesta de espiritualidad como corazón de la pastoral.
Explicando brevemente la tríada de este método consiste en:
1. VER: es el momento de la escucha, de la toma de conciencia de la situación de la comunidad eclesial inserta en el mundo y de las interpelaciones de los signos de los tiempos.
2. JUZGAR: es el momento del discernir, lo que se “vió” con miras a actuar.
3. ACTUAR: es el asumir y aterrizar lo que fue “juzgado” y traducido en iniciativas concretas a ser llevadas a cabo por la comunidad, incluso con otros actores, para hacer presente el reino de Dios.
A esta tríada también se corresponde la trilogía RECONOCER (Ver) – INTERPRETAR (Juzgar) – ESCOGER (Actuar).
Aplicado a mi realidad pastoral que es la educativa, este método propugna, entre otras cosas, la transformación de las realidades adversas que denigran la dignidad humana, partiendo (VER) de la llamada “emergencia educativa”, discernir (JUZGAR) la educación como andamiaje de cultura y, así, a volver a ella con el fin de transformar (ACTUAR) la realidad en vistas de la humanización de la persona y de ponerla al servicio de los demás.
Buenas tardes:
El metodo de discernimiento por el que opto es el VER-JUZGAR Y ACTUAR, creo que es el metodo comunitario, que puede ser aplicado en todo ambito , pero sin lugar a dudas en lo pastoral, ya que crecemos juntos, caminamos juntos en comunidad. Nuestro Dios es comunidad , es un Dios de tres. En nuestra diocesis utilizamos éste método en tiemplos de asambleas diocesanas. Siempre a la escucha del Espiritu Santo, quien nos guia y conduce al encuentro con el Padre y el Hijo.
Entre los modos que aprendí en el discernimiento comunitario rescato los principios pedagógicos:
1) La intervención de todos los interesados e incorporar a los que no están interesados.
2) Dialogo entre todos, con interlocutores aprendiendo de los otros
3) Convivir con el conflicto, la diversidad da dinamismo a la unidad.
4) L fidelidad a la realidad como fidelidad al Evangelio
5) Consolación y desolación como indicadores en el discernimiento.
Modo de aplicar en el Consejo Pastoral
Cuando se plantea la propuesta del gesto de cuaresma de la comunidad se podría iniciar con una invitación a todos los miembros del consejo que para la reunión traigan propuestas de este gesto cuaresmal.
Se inicia la reunión con la oración y un momento de silencio para dejar que le Espíritu vaya suscitando su proyecto. Una vez en la reunión abrir el diálogo para que todos puedan aportar ( primera ronda de conversación donde todos escuchamos a todos). Se invita a los participantes a tomar nota de lo que se escucha.
Luego se abre el diálogo entre todos, procurando que lo que cada uno trajo de propuesta sea enriquecido con lo que los demás proponen.
Una segunda ronda puede ser que vayan apareciendo los acuerdos y desacuerdo. Recordar que la unidad se hace de la diversidad y no de la uniformidad.
En un tercer momento se puede mirar la realidad en la que viven las personas de la comunidad y de esa realidad, que nos dice el Evangelio (un ejemplo puede ser – como invitamos a los demás a participar – como anunciamos esta propuesta.
Por último una tercera ronda se propone que cada uno exprese que le ha dado consolación y desolación. Proponer que cada uno se exprese y discernir donde hay consolación.
“escuchar las mociones del Espiritu” esta frase me quedó resonando porque implica dejar al Espiritu de Dios actuar, implica colocarle al centro y dejarme interpelar, dejarme acompañar y saberle escuchar. Creando un modo diferente un clima de escucha activa, de descalzarme ante mi propia persona, ante las demás con las que voy haciendo camino, saber hacer un discernimiento comunitario implica dejar que sea la fuerza de Dios, su espiritu y no mis propios intereses , o quedarnos en raciocinios o espiritualismo sino que avanzar en el dialo, la escucha del contexto donde nos situamos para tomar decisiones que sean desde el Espiritu de Dios para construir Iglesia, una Iglesia que escucha, contempla, reflexiona a la luz de la palabra y realidad y se compromete a ofrecer su mensaje profético.
Me siento invitada a ir compartiendo lo que voy descubriendo en este camino sinodal, en esta manera de hacer Iglesia sinodal, invitando a participar y recobrar la fuerza del profetismo.
El modelo de discernimiento VER – JUZGAR- ACTUAR me pareció interesante que lo he interpretado así CONTEXTO – EXPERIENCIAS – ACCIÓN aunque veo también importante la necesidad de evaluar, es verdad que hay que actuar pero se necesita entender si verdaderamente está yendo la acción por buen camino, y para eso la evaluación o puesta en común se necesita para animarse o bien replantarse los procesos.
El discernimiento se pude comprender como un modo de vivir la fe en comunidad. Escuchando al Espíritu Santo y dejarse conducir en la verdad atendiendo a sus mociones que conducen a reconocer y practicar la voluntad de Dios. Desde el método VER – JUZGAR – ACTUAR, que parte de la realidad/acción para discernir y volver a la realidad misma para transformarla.
En un contexto sinodal, el método se define como «Reconocer – interpretar – escoger». Reconocer comunitariamente los signos de los tiempos que nos ofrece el Espíritu desde la realidad, interpretarla a la luz del Evangelio, del Magisterio, la Teología y escoger por consenso cómo seguimos caminando juntos. El discernimiento comunitario tiene como sujeto a la comunidad toda y como meta apostólica, la transformación de la realidad social en camino del Reino de Dios.
En mi realidad pastoral aplicaría esta metodología expuesta en el material de apoyo del curso:
1.Crear un clima de oración entrando en comunión con el Espíritu para la escucha de las mociones de éste, durante todo el proceso. Requiere silencio, contemplación para acoger lo que Dios nos quiere dar.
2.Revisar los datos recogidos en el proceso de escucha, que es el ver o re ver. Los datos están procesados.
3.Primera ronda de conversación espiritual: las situaciones que interpelan. Es una conversación regulada: tiempo, moderador, secretario, que aseguran la participación de todos los miembros de la comunidad de manera equitativa.
4.Segunda ronda de conversación espiritual: lo que más se destacó en el compartir personal. Conduciendo al discernimiento comunitario a partir del decantamiento de la diversidad de las aportaciones en busca de la convergencia entre lo dicho y las mociones del Espíritu, según el juicio de la comunidad en su conjunto.
5.Tercera ronda de conversación espiritual: lo que parece converger entre las mociones del Espíritu y la percepción de la comunidad. Lo convergente es el resultado de la coherencia encontrada entre diferentes alternativas con lo que se siente consolador, a partir de los sentimientos y anhelos más profundos de la comunidad de fe.
Las rondas de conversión espiritual pueden requerir muchos encuentros de la comunidad, ya que se trata de escuchar a todos y de cada uno interactuar con los demás. También se repasan los argumentos: las ventajas y desventajas, se reconocen las aportaciones de la teología y el magisterio.
La sinodalidad se entiende como un proceso de discernimiento en común. Es, por lo tanto, un proceso de discernimiento comunitario y una invitación a ser lo que somos como Iglesia: un pueblo de Dios en camino hacia donde nos invita el Espíritu para ir a proclamar cada vez más la buena noticia de Jesucristo.
Lo que hemos visto en las clases del Prof. Agenor nos han ayudado a tener una visión muchos más amplia de discernimiento no solo individual sino sobre todo comunitario y nos han dado herramientas para vivir y aplicar los métodos y practicas del discernimiento comunitario sinodal que se pueden aplicar en nuestros contextos al interno de nuestras parroquias y comunidades eclesiales.
• Tener en cuenta, por ejemplo, que el sueto del discernimiento es la comunidad y no sólo el individuo. Constituir comunidades-sujeto que están abiertas a todos, sin excluir a ninguno y sobre todos a aquellos que son los últimos, los olvidados e incluso a aquellos que normalmente no frecuentan la iglesia. La finalidad: discernir “con” los demás y a la escucha de lo que el Espíritu Santo, alma de la Iglesia, quiere decirnos.
• Otro punto importante para tener en cuenta que es el objeto del discernimiento es toda la Iglesia: las personas, dentro y fuera de la Iglesia; los procesos pastorales en curso y su Planificación, la organización de la pastoral y su gestión, las necesidades y los desafíos para la misión de la iglesia. Estar atentos a no caer en una Iglesia autorreferencial, cerrada sobre sí misma, sin profetismo y sin servicio al mundo.
• Otro aspecto importante para tener en cuenta son los signos de los tiempos, poniendo una atención especial a lo que el Espíritu nos interpela a través de ellos.
A partir del tercer tema de estudio sobre los modelos y prácticas del discernimiento que hemos visto con el Prof. Agenor siento que voy ampliando mi conciencia y cayendo en la cuenta lo que va implicando este discernimiento sinodal.
Me pareció muy iluminador saber que el sujeto del discernimiento es la comunidad y no sólo el individuo. Porque la comunidad no esta llamada solo obedecer lo que otros ( o al margen de ella) decidan. . Por lo tanto el objeto de discernimiento es la vida de la comunidad eclesial inserta en el mundo. Esto hace que caiga el modelo piramidal y vayamos caminando a vivir un discipulado adulto y corresponsable con la vida y misión de la Iglesia, que desde el discernimiento vaya respondiendo a los signos de los tiempos.
En el camino del discernimiento evitar caer en los extremos entre espiritualismos o racionalismos asumiendo el conflicto y evitando la confrontación. Estas notas me parecen muy ludidas en para este camino sinodal.
Considero que el gran aprendizaje desde mi experiencia, va orientado al discernimiento comunitario; Se presenta como una actividad retadora e iluminada por el Espíritu Santo, que busca un consenso y valora el conflicto como un aliado generador de creatividad. Se trata de generar compromiso, no es solo estar de acuerdo con una decisión donde se han considerado las ideas de todos los diferentes participantes, sino de una búsqueda colaborativa del bien eclesial.
Considero que debo implementar, inicialmente, el discernimiento individual en los aspectos de mi vida que requieran de una decisión con la intervención del Espíritu Santo e ir adquiriendo conocimiento para proponer iniciar la sinodalidad en las decisiones de mi parroquia.
La propuesta de una Iglesia Sinodal, está llevando a una profunda revisión de la vida de la Iglesia de ayer y de hoy. La búsqueda de aquellos modos que se adoptaron ya desde el inicio en la Primeras comunidades cristianas, como se ha visto en el concilio de Jerusalén, a pesar de los vacíos que se puedan encontrar. Lo importante, tener presente el modelo Trinitario y la guía del Espíritu. Las culturas y diversos contextos geográficos determinan también en el modo mirar, escuchar y proponer nuevas metas. Así también, cada cultura y contexto consideran quiénes son los que disciernen y toman las decisiones. ¿Cuál es la mejor manera de mirar la realidad, de escuchar la realidad, de discernir y tomar las decisiones? Hay diversos modelos, como el muy conocido y aplicado en algunos contextos de la Iglesia. Así puede ser el “ver, juzgar y actuar”. En la catequesis me ha ayudado también el modelo pedagógico: “Anticipación, Transmisión y Consolidación”. Anticipación como meta comprensión del propio yo sujeto y su contexto, el modo de comprender el contexto vital familia o comunidad, como el ver. Transmitir como la apertura la palabra de Dios: ¿Qué dice el texto? La comprensión literal. ¿Qué dice Dios en este texto? La reflexión. ¿Qué me dice Dios en esta Palabra? Comprensión Crítica. ¿Qué hago con esta Palabra de Dios? Comprensión creativa. Consolidación se trata de que este proceso realizado se consolide en el actuar o expresarlo de muchas maneras creativas. Así ver juzgar y actuar o anticipación, transmisión y consolidación y tantos otros. ¿En qué medida hacen o favorecen que cada persona en su alma ya sea en los procesos de discernimiento, de aprendizaje-discipulado, y vivencias comunitarias hacen que los cristianos/as se sientan amados y consolados por Dios? Esta consolación-desolación que P. Agenor explicó me ha ayudado a cuestionar nuestros procesos, capacidad de escucha y transmisión del consuelo, sabiduría y gozo espiritual divino.
La propuesta de una Iglesia Sinodal, está llevando a una profunda revisión de la vida de la Iglesia de ayer y de hoy. Buscando en el ayer de aquellos modos que se adoptaron ya desde el inicio en la Primeras comunidades cristianas, como se ha visto en el concilio de Jerusalén, a pesar de los vacíos que se puedan encontrar que fundamentan e iluminan el hoy. Importante es tener presente el modelo Trinitario y la guía del Espíritu. Las culturas y diversos contextos geográficos determinan también en el modo mirar, escuchar y proponer nuevas metas. Así también, cada cultura y contexto consideran quiénes son los que disciernen y toman las decisiones. ¿Cuál es la mejor manera de mirar la realidad, de escuchar la realidad, de discernir y tomar las decisiones? Hay diversos modelos, como el muy conocido y aplicado en algunos contextos de la Iglesia. Así puede ser el “ver, juzgar y actuar”. En la catequesis me ha ayudado también el modelo pedagógico: “Anticipación, Transmisión y Consolidación”. Anticipación como metacomprensión del propio yo sujeto y el modo de comprender el contexto vital familia o comunidad, como el ver. Transmitir como la apertura la palabra de Dios: ¿Qué dice el texto? La comprensión literal. ¿Qué dice Dios en este texto? La reflexión. ¿Qué me dice Dios en esta Palabra? Comprensión Crítica. ¿Qué hago con esta Palabra de Dios? Comprensión creativa. Consolidación se trata de que este proceso realizado se consolide en el actuar o expresarlo de muchas maneras creativas. Así ver juzgar y actuar o anticipación, transmisión y consolidación y tantos otros. ¿En qué medida favorecen que cada persona en su alma ya sea en los procesos de discernimiento, de aprendizaje-discipulado, y vivencias comunitarias hacen que los cristianos/as se sientan amados y consolados por Dios? Esta consolación-desolación que P. Agenor explicó me ha ayudado a cuestionar nuestros procesos, capacidad de escucha y transmisión del consuelo, sabiduría y gozo espiritual divino.
El método de ver, juzgar y actuar, me pareció muy importante partiendo de lo que ha significado en la Iglesia hasta el día de hoy.
Muy importante el ver para juzgar que lleva al actuar. Se parte de la realidad para llegar a la realidad. No se aparta del contexto de la comunidad.
El ver, que también se puede llamar un reconocer, en donde es muy importante el momento de la escucha, detenernos a mirar los signos de los tiempos, no se puede hacer un verdadero discernimiento fuera de la realidad global en la que vivimos, fuera de un contexto. La fidelidad a la realidad, como fidelidad al Evangelio.
El juzgar o interpretar, que también se puede llamar un releer, para llevar adelante un discernimiento comunitario.
El actuar o escoger o también llamado un recoger, en donde se aterriza lo visto y juzgado llegando a iniciativas concretas. Y hace ver una Iglesia encarnada, no solo contemplativa
Como decía en el foro anterior, con la comunidad estamos en un camino de discernimiento, para entender lo que Dios quiere. En donde ha sido muy importante la escucha, casi como en una lluvia de visiones de la realidad, que nos hacer ver juntos, discernir para saber cómo se debe actuar.
Es un proceso que lleva tiempo, pero se siente que se dan pasos firmes porque cada uno se siente expresado y miembro activo de la comunidad.
Todavía estamos en el ver, con la seguridad que cuando cada uno se siente amado se avanza más. El discernimiento es un aprendizaje, que implica experiencia, habilidad, percepciones, sabiduría y agregaría también paciencia.
PAZ Y BIEN:
Personalmente me resulta muy familiar y práctico el método de reflexión y discernimiento latino americano sin restar mérito alguno al otro y es el VER (Punto de partida es la realidad socio contextual) JUZGAR (Iluminación con la Palabra, sobre todo con el EVANGELIO), ORAR DISCERNIR y ACTUAR / COMPROMISO TRANSFORMADOR DESDE EL EVANGELIO.
Esto implica algo esencial como es la ESCUCHA DE LA VOZ DE DIOS EN LA REALIDAD PERSONAL Y EN LA REALIDAD EXTERIOR, que iluminada esta realidad desde la palabra y orada nos lleva a un compromiso con la transformación del mundo según el querer de Dios.
Esta parte de la metodología de JOC que ha ayudado bastante al discernimiento social y comunitario por el proceso que se realiza al análisis de la realidad, me ayuda a reflexionar en lo que puede ayudar a comprender el conflicto que no siempre es solo conflicto sino que este ayuda a enfocar que muchas veces el conflicto es necesario ya que enriquece al poder plantearse diferentes enfoques que pueden ayudar a la solución del mismo conflicto o dejarlo de lado ya que no tiene relevancia en la situación que se quiere mejorar .
ayuda a entender , también, que en la medida que se es fiel a la realidad se esta siendo fiel al Evangelio que ilumina la realidad y nos da el Espíritu que nos mantiene en la Consolación o la Desalación que marca el camino en el discernimiento
un cuestionamiento que me queda en mi corazón es la necesidad de saber escuchar, que supone el contexto, es dejar hablar, no es una interpretación, tampoco necesita que se le explique, Escuchar es elemental para el discernimiento eclesial.
Fue muy iluminador el método de conversación espiritual que incluye el ver, juzgar y actuar.
Considero que en la acción misionera de mi comunidad esto es algo que se puede practicar para discernir las nuevas necesidades del entorno si queremos suscitar esperanza, como dice nuestro carisma. De hecho, en nuestras reuniones comunitarias hay pasos que ya realizamos y hago eco de los aprendidos en el curso que nos pueden seguir ayudando y fortaleciendo:
– Empezar en clima de oración, de comunión, de apertura al Espíritu. Eso nos ayuda a ponernos en disposición de apertura también las unas a las otras.
– Hacer memoria de lo que hemos ido conversando en el camino, las necesidades recogidas y compartidas, nuestra visión de la realidad, la revisión de nuestro propio caminar a la luz de nuestro carisma, misión y las llamadas actuales de la Iglesia.
– Fortalecer las conversaciones espirituales y hacerlo respetando la palabra de cada hermana, dejándonos interpelar por la Palabra, teniendo claros los criterios de discernimiento y percibiendo las mociones del Espíritu.
– Consensuar en espíritu de comunión, si hace falta de renuncia, de mutua colaboración, y de toma de decisiones corresponsable.
Para mi experiencia pastoral, considero que la metodología del reconocer-interpretar-escoger, podría ser de provecho. Pues el proponernos escoger antes que actuar, nos ayudaría a un discernimiento en el que antes de hacer, necesitamos conocer bien nuestra realidad intraeclesial (agentes de pastoral, discípulos de Cristo que desean evangelizar) y la realidad extraeclesial (con la diversidad de retos que plantea la realidad de la ciudad).
Así que ver como un reconocimiento nos permitirá identificar el lugar en el que nos encontramos, el juzgar como un interpretar nos permite descubrir el paso de Dios en la historia de la comunidad y lo que el Espíritu le pide, y como mencioné, desde ahí escoger las urgencias o posibilidades ciertas para poder evangelizar. De manera que los esfuerzos no se desgasten sin fruto.
Me queda un fondo común que tienen los diferentes modelos expuestos .Alguno forma parte de mi vida en distintos contextos,pero he aprendido en estas clases nuevos aspectos para profundizar más.
Me detengo en el modelo reconocer-interpretar-escoger como ayuda para mí y para el equipo intercongregacional de Misión Compartida de CONFER en el que estoy.
En este espacio eclesial de reflexión para la misión,enfocar la realidad tan rica,pero tan plural en carismas y momentos institucionales es un reto.Es una camino que es horizonte.
Interpretar los signos de los tiempos desde la situación de disminución,urgencias,necesidad y a la vez gracia,don y discernir por dónde y cómo va hablando el Espíritu.
Escoger,interpretando desde el Espíritu y hacerlo siempre con otros.Para llevar a cabo pequeños pasos,acciones concretas ,propuestas formativas,encuentros,acompañamientos,que nos ayuden a cada institución .Y que ,a sí vez, nos ayuden a ayudar a las congregaciones religiosas que acuden a CONFER.
Me encanta la esperanza que se transmite en cada semana y temas de las clases y en la riqueza de los compañeros.
Muchas gracias!
Desde la realidad pastoral de la diócesis a la pertenezco, la metodología que aplicamos en los diferentes centros de reflexión que se están llevando a cabo es la del ver, juzgar y actuar, que se han venido aplicando muy marcadamente en estos años.
Este método enriquece a la Iglesia caminante , peregrinante en la búsqueda de poder dar a conocer, vivir según la persona de Cristo Jesús.
Desde el aporte enriquecedor que nos regaló el profesor Agenor, me ha llevado a reflexionar y leer desde una largo recorrido el valioso aporte que nos dio el método del Ver, Juzgar, Actuar, Celebrar y Evaluar que prodigó de mucha vida y dinamismo a la iglesia latinoamericana a mediados del siglo XX, invitándonos hacer una lectura creyente de la realidad. Hoy nos sigue habitando con la misma riqueza las insinuaciones del Espíritu con el impulso de unas nuevas sensibilidades humanas y sociales que surgen desde dentro y desde abajo como novedad evangélica de la Iglesia sinodal.
Me llena de novedad descubrir en las jóvenes generaciones (soy educadora), un sentido de responsabilidad por el cuidado del planeta, el respeto a la diversidad, igualmente en mis hermanas de comunidad afloran gestos de acogida, solidaridad, y una vida donada sin egoísmos y sin reservas en el cuidado de la vida. Este camino sinodal nos aclara el sendero matizado por el caminar y encaminar juntos, donde el discernimiento se teje con hilos de lo fraterno, de lo sororal, del encuentro, de lo cercano y familiar que nos lleva a vivir nuevos espacios de pastoral, con una conversión ecológica y sinodal. Discernir es propio de quien es sujeto nos decía el profesor, ser sujeto es propio de quien discierne. Es hora de sujetos maduros, con agencia y que se sienten con-vocados a una tarea y misión comunitaria, la misma que parte desde el vivir la fe en comunidad, superando sesgos de misóginos, patriarcalismos, etnocéntricos y clericalismos. El Espíritu aletea haciéndonos un giño por una lectura adecuada a los signos de los tiempos y una mirada abierta y amplia a los brotes de vida nueva que surgen en todas partes.
El discernimiento comunitario en la Iglesia es un modo de vivir la fe. En él se articulan la responsabilidad eclesial y las mociones del Espíritu, pues es éste quien constituye la Iglesia, la dinamiza e ilumina, como su alma. El discernimiento comunitario es algo que se aprende en la práctica en una iglesia comunidad no una iglesia masa. Se trata de un modo de ser y estar en la comunidad. Si bien es obra del Espíritu Santo, este discernimiento requiere de un método —ver, juzgar y actuar— y unas condiciones para que pueda llevarse a cabo (Participación de todos los interesados, Diálogo que brota de la escucha de los demás, Disposición para vivir el conflicto como oportunidad, Fidelidad a la realidad como fidelidad al evangelio, Atención a las mociones del Espíritu desde la realidad -ver la consolación o la desolación-.
La Arquidiócesis se encuentra en un proceso de planificación pastoral, en este camino se le pide a cada parroquia hacer también su proceso de planificación pastoral llevando sus aportes a la asamblea arquidiocesana. Considero que este modelo de discernimiento comunitario con el método ver, juzgar y actuar, y poniendo en práctica sus características relevantes, viene bien para ese ejercicio pastoral a nivel parroquial que estamos realizando.
Hola a todos.
En la Iglesia ha estado muy marcado el método Ver, Juzgar y Actuar, creo que es obra del espíritu Santo que nos ha permitido caminar entre tempestades y dificultades, logros y oportunidades.
En este método también se ve reflejado el espíritu de este camino Sinodal: el silencio – escucha (Ver), discernimiento (Juzgar) y caminar junto ( Actuar).
En la práctica pastoral cuando se aplica, este método nos ayuda a no actuar autoritarismo, ni como feudalismo, por el contrario como un hermano o servidor, desde la caridad.
Saludos
El discernimiento comunitario es un acto en conjunto donde se llevan a cabo las relaciones y el diálogo, se llega a consenso, va más allá del posicionamiento individual.
Mi servicio pastoral es la catequesis, en ella aplicamos el método del Ver, Juzgar y Acturar:
a) el Ver como un Ver juntos la realidad, empezando por ver mi propia realidad, escucharnos y al compartir entender que mi realidad no es tan diferente a la de mis hermanos, solo que hay cosas que yo puedo perder de vista. En el ejercicio del VER entendemos que al ver juntos, podemos ver mejor.
b) el Juzgar como un espacio para el discernimiento, iluminados por la Palabra de Dios, discernimos sobre lo que creemos que es mejor para nosotros y lo que Dios nos presenta porque sabe que es lo mejor para sus hijos, esto lo enriquecemos con testimonios que nos van a permitir entender que SI ES POSIBLE vivir feliz cuando se opta por vivir en el Amor de Dios.
c) el Actuar como el momento de la acción y el compromiso, es el momento de aterrizar sobre lo que discernimos, presentar aquello que desde el corazón nace como opción de cambio.
Es un método que en mi opinión y experiencia personal, funciona muy bien tanto con niños, adolescentes y adultos.
Lo que he aprendido sobre los de modelos de discernimiento comunitario: Lo que concierne a todos debe ser discernido por todos. En un discernimiento eclesial, el sujeto es la comunidad como un todo, iluminada por el Espíritu. Lo que vamos a discernir sobre los procesos pastorales, la organización y estructuras de la Iglesia, los signos de los tiempos; nuestra relación con la sociedad, es el objeto de discernimiento, la vida de la iglesia, inserta en el mundo, como mediación del Reino de Dios. En el discernimiento sinodal los actores son personas de fe, interactuando entre sí y en la interlocución con el Espíritu.
Un método practicado en los procesos es ver-juzgar-actuar. Son tres momentos intrínsecamente ligados entre sí.
El ver se refiere a la escucha de la comunidad y de los signos de los tiempos.
El actuar es la acción que brota de los visto y lo juzgado. El juzgar es el momento del discernimiento espiritual, la escucha de la Palabra y la invitación del Espíritu.
La dinámica del discernimiento espiritual:
1. Crear un clima de oración y entrar en comunión con el Espíritu, para escuchar lo que el Espíritu en el silencio y la contemplación dice a la comunidad.
2. Revisar los datos recogidos en el proceso de escucha: Hacer memoria de lo escuchado .
Estos dos primeros pasos vistos preparan la etapa de la conversación espiritual.
3. Primera ronda de conversación espiritual: Es el momento de escuchar. Cada uno habla, pero, sin interacción entre las intervenciones ni debate de ideas o argumentaciones.
El objeto del compartir son las situaciones que nos interpelan.
4. Segunda ronda de conversación espiritual: Es el momento de la decantación de los distintos aportes, que nos lleven a distinguir las mociones del Espíritu, según el juicio de la comunidad en su conjunto.
5. Tercera ronda de conversación espiritual: lo que parece converger entre las mociones del Espíritu y la percepción de la comunidad, aquello que le pareció bien al Espíritu y a la comunidad.
Pensando en mi realidad pastoral, creo que tenemos que ser consientes de todos los elementos que están implicados en este proceso, muchas veces dejamos de lado algunas de las mediaciones de este camino, eso entorpece el camino de discernimiento, y atenta contra la comunión.