Foro: Con lo visto en clase y tu propia síntesis, ¿cuál sería el modelo de liderazgo sinodal? ¿qué características? ¿qué aspectos esenciales?
Su aporte no debe superar las 300 palabras.
Foro: Con lo visto en clase y tu propia síntesis, ¿cuál sería el modelo de liderazgo sinodal? ¿qué características? ¿qué aspectos esenciales?
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De los distintos modelos de liderazgo presentados por la profesora Carolina, creo que el último presentado, el liderazgo distribuido es el que mejor puede corresponder a un liderazgo sinodal. Es un liderazgo que permite la participación de todos en función de sus capacidades. Además, es un liderazgo que entiende que los valores, y acciones de unos beneficias a los otros, desde esta concepción los conflictos se minimizan. Pero que sea el mejor no significa que sea el único posible. Como la propia Carolina expuso en su intervención no podemos pretender que todos entendamos la sinodalidad de la misma forma, este es un camino, donde lo importante es ir avanzando, por ejemplo, los liderazgos tradicionales deben plantearse cómo avanzar y en este camino lo importante es la escucha. Los distintos modelos de liderazgo presentados por la profesora Carolina también pueden entenderse como modelos a emplear en cada etapa del proceso de avance en la sinodalidad. Siendo el modelo de distribución del liderazgo el punto de llegada en un recorrido en que pueden existir otros liderazgos.
El liderazgo Situado permite discernir a la situación concreta que presenta en ese momento, que actitud hace prevalecer cada persona del grupo en las distintas circunstancias o momentos. Responde a la realidad concreta del otro, la gran actitud de este liderazgo tiene que ver no solo en lo que soy yo sino lo que necesita el otro y poder ver al otro, acompañar, fluir para que el otro de lo mejor de si desde la situación concreta que presenta en ese momento.
– Ante la dimensión vulnerable percibida de una de las personas del grupo tener misericordia ante cada miseria humana (material o espiritual)
– Ante los dones percibidos de cada persona del grupo dar confianza ante las capacidades y competencias de los demás.
Es necesario tener presente los diferentes tipos de liderazgo, sus características y aspectos esenciales ya que; dependiendo de las diversas situaciones en la que se encuentren las personas del grupo pueda aplicar el modelo correcto para ese momento, en el grupo al cuál pertenezco quedaría aplicar el liderazgo situacional porque nos está faltando que fluya la misericordia y la confianza responsable, es urgente que todos aprendamos a mirar a los demás con la misma mirada que Jesús utilizo para mirar a su pueblo con gran misericordia y confianza. Este proceso nos llevará a caminar poco a poco en comunión y en algún momento llegar a ser corresponsables con la misión a través de, liderazgos múltiples donde cada uno nos completemos con nuestros saberes, dones y carismas logremos ser fuentes de reciprocidad cordial y en cada situación que se presente podamos ofrecer, aceptar y responder por la acción comunicativa, inter subjetiva que incluye una dimensión emotiva.
Me parece interesante mirar el liderazgo como proceso, pues la persona al ejercer de manera consciente es capaz salir de sí misma al servicio de los demás. Es decir, el liderazgo conlleva una conversión constante, para pasar de la unidireccionalidad a la multidireccionalidad. Del yo como protagonista a un nosotros donde todos pueden aportar desde su propia experiencia, carisma y servicio. El líder es aquel que acompaña a generar procesos, para que los otros den lo mejor de sí en búsqueda de un bien común, pues el liderazgo lleva a confiar en las potencialidades de las personas a ejemplo de Jesús que lo ejerció como Pastor desde la necesidad del acompañamiento, como amigo que reconoce los dones desde la reciprocidad. Creo que no hay un modelo especifico ya que el liderazgo parte de realidad de cada persona de su corresponsabilidad frente a una situación desde sus propias capacidades. Si tendría que dar un nombre sería el comunitario, participativo.
Creo que estamos conociendo y viviendo una primavera pastoral en la Iglesia con esta experiencia de la sinodalidad. Con iniciativas formativas y experienciales como este curso. Un liderazgo sinodal debe ser testimonial y operacional. Intento decir que debe nacer del estilo de vida y debe reflejarse en el modo de trabajo eclesial. En quienes tenemos un servicio en la comunidad debemos esforzarnos por enriquecer el ejercicio de autoridad con la influencia positiva en el entorno. Tratando de tenga algunas características como las estudiadas con la profesora Carolina: que haga un equilibrio entre las tareas y las relaciones en el equipo, que promueva una buena combinación entre lo formal e informal de los liderazgos, que sea situado y reciproco. Dar al liderazgo eclesial un sentido más ministerial y carismático para quitar algunas tensiones que provienen de la experiencia sociopolítica no muy positivas. En este tema estudiado creo es uno de los puntos de conversión que requiere la sinodalidad en la Iglesia de nuestro tiempo.
En primera instancia acojo la propuesta de liderazgo que ofrece el Papa Francisco cuando afirma que “El liderazgo es un arte… que se puede aprender. Es también una ciencia… que se puede estudiar. Es un trabajo… exige dedicación, esfuerzo y tenacidad. Pero es ante todo un misterio… no siempre puede ser explicado desde la racionalidad lógica.”
Desde lo anterior considero que los siguientes aspectos son un compromiso por cultivar dentro de un liderazgo sinodal:
Ser Visionario: Los líderes visionarios son seguros de sí mismos, autoconscientes y transparentes. Se distinguen porque saben generar un sueño compartido con todos sus colaboradores, con su equipo. Identifican y transmiten una visión que motiva a la gente, fomenta el trabajo en equipo. Es una visión que inspira. Ayudan a imaginar un futuro motivador, sin entrar en los detalles de cómo llegar.
Ser Afiliativo: La preocupación principal de estos líderes es la de crear armonía y construir lazos emocionales e interacciones amistosas entre las personas que dirige. Se caracterizan por la empatía, el trabajo en equipo, la generación de relaciones y generalmente dan prioridad a la comunicación
Ser Participativo: Invita a los miembros de su equipo a dar su opinión, a participar en las decisiones de la organización. Forja consensos a través de la participación. Son bienvenidas las ideas de los demás y las capacidades más importantes de este estilo es la colaboración, liderazgo de equipo, comunicación
Ser Coach o Instructor: Ayuda a la gente a identificar sus fortalezas y debilidades y a relacionar esa información con sus aspiraciones profesionales, con su vocación. Sabe delegar tareas que contribuyen al crecimiento de cada miembro del grupo y se interesan en su desarrollo y lo estimula con empatía y autoconocimiento.
Ambos liderazgos, situacional y distribuido, me parecen que valdrían como modelo de liderazgo sinodal. Aportan claves que ya han mencionado los compañeros/as participantes en este foro. Tan solo destaco dos cosas:
1. La necesidad de enfocarnos en el PROCESO para percibir lo que el grupo y las personas necesitan.
2. Estamos llamados a una CONVERSIÓN en nuestros liderazgos, de las imágenes arquetípicas que nos ponemos y para reconciliarnos con la propia vulnerabilidad.
Este segundo aspecto lo uno a la “inteligencia de enjambre”, que nos hace cambiar el centro del liderazgo hacia la periferia, para hacerse “reticular” y poder permitir así el liderazgo distribuido en el que todos/as participan en la dirección de la comunidad, con y desde sus múltiples dones y capacidades.
El liderazgo sinodal se distingue de la autoridad, es decir, se ha de pasar del liderazgo personal al liderazgo multiple; un liderazgo sinodal es aquel donde se deja influir por los otros y los demás por el.
El liderazgo sinodal se adapta al perfil de los grupos y tiene en cuenta la situación que se presenta o se vive, para lograrlo el líder debe esforzarse por discernir para contribuir al desarrollo y madurez de sus seguidores.
Un liderazgo sinodal es un presente y un futuro que vamos realizando, esto lo veo manifestado en las acciones de busqueda de algo diferente.
Todo ello implica un proceso de analisis , reflexión, apertura a la escucha del espiritu santo. Potenciando la formacion de un tipo de lider participativo, que involucra otras partes. Se que es reto grande pero confio que voy en ese camino de liderazgo sinodal.
Interesante la exposición sobre el liderazgo, considero que el liderazgo compartido es conveniente puesto que hay varias personas colaborando activamente desde sus carismas el servicio de Dios en la Iglesia, y eso es el trabajo en sinodalidad, un liderazgo donde nos respetamos y buscamos siempre el bien de los demás en el servicio que se presta. Para este servicio el líder ha ser una persona idónea, que respete procesos, recta y clara en lo que dice y hace, fortalecida por el la gracia del Espíritu santo y pone atención, en continua conversión y un gran amor a la Iglesia.
En los distintos modelos de liderazgo presentados,encuentro posibilidades para desarrollar procesos,atendiendo a cada circunstancia ,contexto grupal y las personas implicadas.
El modelo de liderazgo distribuido me parece que despliega con novedad un estilo sinodal como horizonte.Dinamiza a los sujetos que intervienen y recoge muchos de los elementos que vamos viendo todos estos meses.Subrayo la necesidad previa de que todas las personas implicadas tomen conciencia de la responsabilidad de uno mismo y su deseo de conversión durante el proceso.La predisposición a dejarse hacer en lo que vaya ocurriendo,siempre desde la libertad .
Esto creo que revierte en la búsqueda del bien común.
Estamos llamados a generar vida,con nuestro estilo de liderazgo sinodal.
Ubicándonos en el contexto de estar en pleno siglo XXI, con una multiplicidad de demandas por abrirnos a nuevas sensibilidades humanas de inclusión, de respeto, de una demanada necesaria por relaciones más humanas, saludables, amigables, acogedoras, en definitiva, evangélicas.
Rescato como valioso el aporte del pastoreo situacional donde la flexibilidad del pastor que se mueve adelante, al medio y atrás marca la pauta del acompañamiento y liderazgo.
Muy creativa y desafiante la propuesta de cambiar el centro del liderazgo hacia la periferia con los ecosistemas de innovación basados en la inteligencia de enjambre donde las fuentes de poder se vuelven relacionales y el liderazgo se hace reticular, en red. Ese liderazgo que luego se vuelve comunitario, donde la inclusión de la mujer del indígena, del negro sean reconocidos como miembros de la comunidad, aquí llegaríamos al liderazgo distribuido o repartido o compartido. En fin vemos que el liderazgo tiene múltiples facetas y múltiples respuestas, cada situación y realidad exigirá una mayor dosis de uno en lugar de otro, al final el modelo central será siempre el Evangelio, donde Jesús prevaleció la Vida de cada persona.
El sentido de comunidad es la base de un verdadero liderazgo sinodal. Es en ella que desarrollamos la conciencia del NOSOTROS y aprendemos a caminar juntos, sin que eso anule la individualidad y la diversidad. Por eso, el liderazgo debe ser compartido y también, como se dijo en la ponencia, integrador, distribuido, de tal manera que las capacidades y aportes de cada miembro se tomen en cuenta.
Considero esencial que, a través de los liderazgos formales e informales al interior de la Iglesia, se generen procesos comunitarios de diálogo y escucha para conocer a las personas y valorar el aporte de cada una al discernimiento en los procesos pastorales. No se puede delegar a quien no se conoce en comunidad. En este sentido, el liderazgo promueve también la escucha personal y comunitaria del Espíritu, la fraternidad y el ejercicio de la ministerialidad compartida en la toma de decisiones.
Particularmente, considero que el liderazgo en la Iglesia sinodal es ejercido con propiedad y coherencia cuando la complementariedad de los carismas y talentos de las personas, contribuyen al encuentro fraterno que es incluyente y transformador.